Charles Darwin, fue uno de los más
importantes científicos del siglo XIX. A los 26 años se embarcó como
naturalista en el viaje de exploración alrededor del mundo en una misión
oficial del capitán del barco, Robert Fitz Roy. En ese viaje, que duró de 1831 a
1836, Darwin recorrió América del Sur, realizando diversas y muy valiosas
investigaciones. La semblanza de Juan Manuel de Rosas fue escrita luego de un
encuentro entre ambos en un campamento a orillas del río Colorado, donde Rosas
se encontraba al mando de sus tropas, en agosto de 1833.
“[…] El campamento del general Rosas
está muy cerca de este río [Colorado]. Es un cuadrado formado por carretas,
artillería, chozas de paja, etc. No hay más que caballería, y pienso que nunca
se ha juntado un ejército que se parezca más a una partida de bandoleros. Casi
todos los hombres son de raza mezclada; casi todos tienen sangre negra, india,
española, en las venas. No sé por qué, pero los hombres de tal origen, rara vez
tienen buena apariencia. Me presentó al secretario del general para mostrarle
mi pasaporte.
Lleva esa carta al general Rosas,
quien me envía un atentísimo mensaje, y el secretario
viene en mi busca, pero esta vez muy
cortés y muy cumplido. ...Permanecemos dos días en el Colorado; no tengo nada
que hacer, pues todo el país circundante no es sino un pantano inundado por el
río en verano (diciembre), cuando se derriten las nieves en las cordilleras. Mi
principal diversión consiste en observar a las familias indias que acuden a
comprar diferentes productos de poco valor en el rancho que nos sirve de
habitación. Se suponía que el general Rosas tenía unos 600 aliados indios. La
raza es grande y hermosa.
[…] El general Rosas expresó deseos de
verme (…) Es un hombre de un carácter extraordinario, que ejerce la más
profunda influencia sobre sus compatriotas, influencia que sin duda pondrá al
servicio de su país para asegurar su prosperidad y su ventura.
Dícese que posee 74 leguas cuadradas
de terreno y unas 300.000 cabezas de ganado.
Dirige admirablemente sus inmensas
propiedades y cultiva mucho más trigo que todos los demás propietarios del
país. Realizó leyes para sus propias estancias y además creó un cuerpo de
tropas (de varios centenares de hombres) que organizó admirablemente para que
resistieran los ataques de los indios: por todo esto se hizo célebre. (...)
El general Rosas es también un
perfecto jinete, cualidad muy importante en un país donde un ejército eligió un
día su general a consecuencia del siguiente hecho. Se hizo entrar en un corral
un rebaño de caballos salvajes y luego se abrió una puerta cuyos montantes
estaban unidos en lo alto por una barra de madera. Se convino en que quien,
saltando desde la barra, consiguiera ponerse a horcajadas encima de uno de esos
animales indómitos en el momento de escaparse del corral y además lograra
sostenerse sin silla ni brida sobre el lomo del caballo y volviese a entrarlo,
sería elegido general. Un individuo lo consiguió y fue electo, resultando sin
duda ninguna un general muy digno de tal ejército.
También el general Rosas realizó esa
hazaña. Empleando estos medios, adoptando el traje y las maneras de los
gauchos, es como el general Rosas consiguió una popularidad muy grande en el
país.