Prácticas del Lenguaje

martes, 25 de junio de 2019

El General Facundo Quiroga según el viajero francés Juan Teodoro Lacordaire.


Juan Teodoro Lacordaire fue un científico francés, naturalista, profesor y luego Rector de la Universidad de Lieja. Entre los años 1825 y 1832 Lacordaire viajó por las Provincias Unidas del Río de la Plata y otras regiones de América. En 1829 estaba en Córdoba y presenció la batalla de La Tablada, en la que se enfrentaron los ejércitos liderados por el General Paz y el General Facundo Quiroga. A su regreso a Francia publicó una serie de obras. A continuación un fragmento de un escrito suyo publicado en ​Revue des deux mondes ​ que reprodujo el historiador José Luis Busaniche:
"A eso del mediodía, y por la entrada de los desfiladeros pudo verse la cabeza de una columna
de ejército [de Facundo Quiroga], marchando en dirección a la ciudad (…). La columna entró en la ciudad y vino a colocarse en orden de batalla a lo largo de nuestra calle, la que ocupó en toda su extensión. Quiroga y Bustos venían a la cabeza. La vista de estos dos hombres y sobre todo del primero, que oíamos nombrar hacía mucho tiempo, excitó nuestra curiosidad.
(Quiroga) era de talla mediana pero bien proporcionado. Sus miembros musculosos denotaban la fuerza y la audacia; (...) sus ojos (...) que mantenía invariablemente bajos cuando hablaba, producían temor. Una barba tan espesa que le ocultaba la mitad del rostro, hacía más característica su expresión [...].
Como no recibiéramos la orden de partir, permanecimos próximos a él para ser testigos de los sucesos. Un ayudante que había sido enviado a los milicianos encerrados en la plaza, con una capitulación, si así puede llamarse a la orden de rendición incondicional, volvió con la respuesta: aquellos pedían cierto tiempo para deliberar.
Quiroga leyó el papel con una sonrisa de menosprecio y lo pasó a Bustos, por encima del hombro. Después se lo tomó de las manos, tachó de un plumazo el contenido del papel y dijo al ayudante que intimara a los sitiados la rendición, porque de lo contrario atacaría la plaza de inmediato. Los milicianos, que habían resistido la víspera ignorando la fuerza de sus enemigos obedecieron y se dispersaron… Quiroga entró entonces en la plaza con parte de sus tropas, subió al Cabildo, nombró gobernador provisorio al cuñado de Bustos, y dejando quinientos hombres para defender la ciudad, volvió a tomar sus posiciones de la mañana en la llanura de La Tablada”.