Litio, el oro blanco del siglo XXI
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Lo
llaman así y, según estimaciones, solo se registran sobre la superficie
terrestre 14 millones de toneladas dispersas en pocos países. El litio,
el metal más liviano de la tabla periódica, es considerado el impulsor
de la revolución microelectrónica, a partir del desarrollo de baterías
para dispositivos móviles como notebooks, tablets y celulares.

Descubierto en 1817,
el litio empezó a producirse comercialmente 110 años después y su
primera gran demanda ocurrió durante la Guerra Fría para controlar el
proceso de fusión nuclear, en el que cumple el papel de insumo
combustible. Sin embargo, su utilización a gran escala comenzó con la
industria de las baterías cuando reemplazó al níquel como sustrato
químico básico, representando hoy cerca del 95% de las baterías en
circulación.
Pero esto no es
todo, se prevé aún que su demanda se incrementará exponencialmente por
el rol fundamental que cumplirá, en los próximos años, para hacer
factible la implementación masiva de los autos a propulsión eléctrica en
reemplazo de los motores de combustión interna.
Ahora la pregunta
es, ¿dónde entra la nanotecnología en todo esto? Para empezar se podría
decir que las baterías de ion-litio, que usamos hoy en día en los
celulares y computadoras portátiles, fueron posibles, en cierta medida
hace aproximadamente 10 años atrás, a partir de un salto tecnológico
significativo que, al combinar materiales como el fosfato-hierro-litio,
el óxido de litio-manganeso y el níquel-litio – todos con estructuras
nanométricas -, permitieron aumentar la capacidad y velocidad de carga y
descarga de las baterías, mejorando las alternativas preexistentes de
este componente.

Así como la
nanotecnología interviene en el desarrollo de un producto final o
intermedio como son las baterías, también puede intervenir en otras de
las etapas de la “cadena productiva del litio”, como es su extracción.
Hay dos grandes fuentes para obtener litio: minerales como el espodumeno
o salares de altura, mucho más ricos en cantidad y fácil y económico
de obtener.
Sin embargo, ese
proceso no es sencillo; en la superficie y las capas siguientes de los
salares predominan mayormente compuestos como el cloruro de sodio – sal
de mesa – y cloruro de potasio y solo hay a razón de un gramo de
cloruro de litio por litro. Los métodos usados actualmente son bastante
antiguos y consisten en la colocación de la salmuera, extraída del suelo
del salar, en piletas de gran tamaño y poca profundidad, que al
interaccionar con la radiación solar, evapora el agua y, por diferencia
de solubilidad, van precipitando seguidamente el cloruro de sodio, el
cloruro de potasio y queda, finalmente, el cloruro de litio que deberá
seguir siendo tratado para su transformación en carbonato de litio y
extracción definitiva.
Sin embargo, este
método tiene dos problemas importantes: la utilización excesiva de
millones de litros de agua en el desierto y la generación de grandes
cantidades de desechos. ¿Hay alguna forma alternativa de obtener litio
evitando estos inconvenientes?

Un grupo de
investigadores del INQUIMAE (CONICET-UBA) planteó la idea de replicar el
funcionamiento de las baterías para obtener litio de salmuera: a partir
de una celda electrolítica - que funcionaría como una esponja - , podrá
hacer que sus dos electrodos capten de la salmuera, uno de ellos litio y
el otro cloruro, de forma selectiva –evitando el potasio y el sodio –
sin usar agua ni agregar químicos, siendo más eficiente y rápido de
obtener. Sumado a eso, al funcionar como una batería, este método tiene
la capacidad espontánea de generar energía, haciendo al proceso de
extracción más sustentable.
Esta idea que ya fue
patentada por el CONICET y recibió el primer premio del concurso
internacional Bright Minds Challenge (Mentes brillantes), otorgado por
la compañía holandesa DSM, deberá ser escalada para efectivamente poder
extraer litio en grandes cantidades.
De las reservas
mundiales conocidas de litio, la Argentina, Bolivia y Chile se reparten
el 65% del total; los salares del Hombre Muerto, Olaroz y del Rincón en
Argentina, Uyuni en Bolivia y Atacama en Chile constituyen lo que se
conoce como el “Triángulo del Litio”.
En nuestro país hay
una gran cantidad actores que intervienen o tienen posibilidades de
hacerlo en la cadena del litio. ¿Podrá la Argentina extraer litio de una
mejor manera? ¿Podrá darle valor agregado a esTe comodity que tiene en
abundancia? Son preguntas que todavía no tienen una respuesta.
https://www.fan.org.ar/portfolios/litio-el-oro-blanco-del-siglo-xxi/Comienza la producción de litio más importante del país en Jujuy

Tras la puesta en marcha del proceso productivo del yacimiento de Litio Olaroz-Caucharí, el presidente y CEO de Minera Exar Franco Mignacco espera producir en la primera fase 25.000 toneladas de carbonato de litio. El proyecto, en el que se llevan invertidos más de u$s 100 millones de dólares tendrá la producción más importante del país.
ý¦ýEl yacimiento Olaroz-Cauchari está ubicado en el departamento Susques, al sur de la puna jujeña y allí se van a construir en total 20 pozas a lo largo de 1200 hectáreas. El martes pasado se inició la operación del llenado de la primera fosa de evaporación, la cual tiene 2 kilómetros de largo por 300 metros de ancho y con capacidad de llenado de 1,9 metros de salmuera. "La poza, en sí, es como una planta porque el proceso se inicia aquí con la pre-concentración y decantado de la salmuera que se extiende durante 18 a 24 meses. Una vez que la salmuera está lista, ingresa a la planta química para finalizar el proceso de carbonato de litio", destacó Mignacco.
ý¦ýLa inversión prevista para la primera fase es de u$s 430 millones, más impuestos. "Durante el primer semestre del 2020, Exar estará produciendo una tonelada de carbonato de litio y lo venderá al mercado de las baterías de litio. Ya comenzamos a construir la segunda y la tercera poza", contó Mignacco a El Cronista.
ý¦ýExar es una joint venture que pertenece a Lithium Americas (62,5%) y Ganfeng Lithium (37,5%). "El 31 de octubre se incorporó Ganfeng como nuevo accionista. La empresa es el mayor productor chino de litio y el tercero a nivel mundial. La compañía accedió al proyecto mediante la compra de la parte de SQM. De este modo, quedo conformado el nuevo paquete accionista", señaló Mignacco. El proyecto es operado por una sociedad público-privada, donde la empresa estatal Jujuy Energía Minería S.E. (JEMSE) participa con un 8,5%.
ý¦ýSegún Mignacco, el 80% de la producción estará en manos de Ganfeng porque la firma adelantó prestamos a cambio de abastecerse de producto. El litio producido será trasladado a China, Tailandia, Corea, Japón y Alemania para hacer baterías; luego a los Estados Unidos, Europa y a China para fabricar autos eléctricos. El proyecto posee una vida útil estimada de más de 40 años.
ý¦ýExar tiene actualmente 190 trabajadores, de los cuales casi la mitad pertenece a las comunidades de Pastos Chicos, Huancar, Puesto Sey y Susques, entre otras, del departamento Susques. Indirectamente trabajan 350 personas más. Mignacco calcula que para el año que viene serán 800 empleados directos.
ý¦ýPara 2022 está prevista la segunda etapa del proyecto, que implica la expansión. En esta instancia, se podrá duplicar la producción, totalizando 50.000 toneladas de carbonato de litio. En esta fase, se requerirá una inversión adicional de u$s 266 millones.
ý¦ýEn relación al contexto económico argentino, el CEO de Minera Exar dijo: "Al ser el litio un recurso demandado en el mundo, la inversión se mantuvo más allá del contexto del país. Es más, el proyecto se vio favorecido porque los dólares rendían más. De todos modos, estos desajustes de la economía se van a ir acomodando".
https://www.apertura.com/negocios/Comienza-la-produccion-de-litio-mas-importante-del-pais-en-Jujuy-20181120-0007.html
Litio: ¿cómo afecta al medio ambiente y a las comunidades originarias?
7 marzo, 2018
La explotación de litio en Argentina genera grandes expectativas económicas. Este elemento es fundamental para la fabricación de todo tipo de baterías y el país cuenta con una de las mayores reservas a nivel mundial. Pero, como suele ocurrir con toda actividad extractiva, las consecuencias ambientales pueden ser enormes.
“Los medios de comunicación destacan las oportunidades que se presentan para la Argentina a partir de la extracción y la exportación del litio, así como de la producción de baterías para artículos electrónicos o movilidad eléctrica. Llegaron a referirse a nuestro país como la Arabia Saudita del litio ¿La idea es posicionarnos como exportadores o generar algún tipo de valor agregado mediante la producción de baterías acá?”, se preguntó la abogada Pía Marchegiani, docente de la Facultad de Derecho de la UBA y directora del área de Política Ambiental en la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), durante una jornada organizada por la cátedra de Economía Agraria de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA).
La explotación de litio, al igual que la megaminería metalífera (oro, cobre, plata, plomo, entre otros), la agricultura industrial o la deforestación, implica un sobreconsumo de agua y un gran uso de químicos contaminantes. Este tipo de proyectos implica, además, un riesgo para los territorios en donde viven comunidades originarias, como viene ocurriendo en el noroeste del país.
“La llegada de empresas que empiezan a competir por el agua genera una gran preocupación sobre cómo van a seguir con sus modos de vida tradicionales”, dijo Marchegiani.
En el caso de los salares de la Puna, por ejemplo, la extracción de litio contamina el limitado acceso al agua que –por cuestiones climáticas– ya tienen los diferentes pueblos ancestrales de la región, cuyas principales actividades son la agricultura y la ganadería.
“Muchas comunidades se oponen a estos proyectos mineros y demandan ser consultadas, pero cuesta que las autoridades las reconozcan como actores involucrados, pese a que son los dueños ancestrales del territorio”, sostuvo la abogada.Frente a la llegada de inversiones, los funcionarios promueven el desarrollo minero, desconociendo la situación en la que dejan inmersas a las comunidades. De acuerdo a Marchegiani, “hay un choque cultural, de entendimientos y de perspectivas que una consulta previa debería poder articular para que el proceso de evaluación no sea una mera formalidad con una lógica estatal, administrativa y burocrática. Además, estos procesos deberían respetar las decisiones de las comunidades que no desean poner en riesgo sus formas de vida y rechazan la extracción en sus territorios”.
Una industria peligrosa
En casi todo el mundo, el litio está considerado el mineral del futuro por la importancia que representa para los dispositivos móviles. En Argentina existe un claro interés por fabricar baterías en el país, pero los impactos ambientales que esta industria genera no están en la agenda.“En el caso de Bolivia, el Gobierno buscó centralizar en el Estado la posibilidad de hacer baterías de celulares y hoy está en condiciones de avanzar en una etapa piloto. Nuestro país aún parece más abierto a los capitales extranjeros que llegan a extraer el litio”.
Actualmente, según informes del Ministerio de Energía y Minería de la Nación, existen 42 proyectos en diferentes etapas de desarrollo que se reparten entre las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca. Todos financiados por capitales provenientes de Estados Unidos, Canadá, Australia, China y Chile.
“En algunos salares se está planeando realizar tres o cuatro proyectos en el mismo lugar, con distintos usos del agua, sin saber cómo funcionan esos ecosistemas. No existe suficiente información de base disponible para evaluar los impactos de los proyectos y, sobre todo, de la combinación que pueda resultar de ellos”, alertó Marchegiani.
Cada salar posee características particulares, los impactos pueden variar según las condiciones geológicas y climáticas de cada uno de ellos. “Es fundamental convocar a la comunidad científica para que analice seriamente estos temas”, explicó.
En este sentido, la abogada resaltó que esta información puede no ser imparcial. “El organismo que controla el proceso de evaluación de impacto ambiental no debería ser la misma autoridad que promueve ese desarrollo minero. Esa información debería ser generada por el Estado y estar en su poder”, afirmó.
Durante la charla, por último, indicó que “como sociedad, tanto en la Argentina como en toda la región, tendríamos que decidir qué queremos en relación al litio” y propuso analizar los ejemplos en algunos de los países limítrofes.
“El caso de Bolivia es muy interesante en términos de desarrollo tecnológico, pero habría que analizar qué sucedió en lo social. Chile, posicionado como el principal productor y exportador de carbonato de litio, empezó la explotación hace unos 20 años y ahora, después de tanto tiempo, están revisando los impactos en el ambiente”, finalizó.
Fuente: Foro Ambiental
https://www.foroambiental.net/litio-afecta-al-medio-ambiente-las-comunidades-originarias/